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Writer's pictureVicente Beltrán

Backlash 2023: Todos quieren ser latinos

Viendo el show de Backlash que WWE puso en liza en la noche de ayer sábado, 6 de mayo, no pude evitar fijarme en una de las pancartas que uno de los fanáticos portaba y que rezaba: "Hoy todos quieren ser latinos". Y no es para menos. Como mi buen amigo Joel Torres comentará en su artículo especial (él además tuvo la suerte de vivirlo todo en directo) no hay nada mejor que el homenaje que WWE rindió en la noche de ayer a la lucha libre puertorriqueña y a todos los latinos por extensión. Se demostró y entendió la gran importancia de la aportación latina a la lucha libre profesional norteamericana y el show que WWE trajo anoche a San Juan fue una acción de gracias por parte de la mayor compañía de entretenimiento deportivo a todos los boricuas en particular y latinos por extensión, en general.


Dicho esto, nos adentramos a comentar por encima cómo fue un Backlash de poco más de tres horas en el que no hubo descanso, y gracias al cual podemos intuir por dónde seguirán algunas de las historias más importantes a día de hoy en WWE.


¡No sin mi bandera!


El espectáculo, del cual fueron testigos 18,000 aficionados que llenaban totalmente el Coliseo, se abría con la defensa titular de Bianca Belair vs. Io Sky; y no tardó en llamarnos la atención los gritos que, por una inmensa mayoría, animaban a Io Sky en lugar de a la campeona de Raw. No se sabe el por qué y no lo busquen; pero sí, sirvió para que Io realizara la quizás haya sido su mejor lucha desde que llegara a WWE en 2018. Cuando parecía que todo lo tenía a su favor y que se coronaría como nueva Campeona de Raw en Puerto Rico, aparecieron Dakota Kai y Bayley de la nada para "ayudarle", teniendo el efecto totalmente contrario y haciendo que la campeona recuperara el aliento ante la confusión de la japonesa y se llevara la victoria reteniendo el título.


La segunda lucha de la noche fue la que enfrentó a Seth "Freakin'" Rollins y Omos y fue... pues eso. Lo que se esperaba. Una lucha de David contra Goliat en la que David vencía no sin esfuerzo, con un movimiento que será lo único que se recordará del combate. Dominio total del gigante africano para que al final, cuando nadie daba nada por Rollins este resurgiera de las cenizas como Ave Fénix, para sentenciar al gigante con un pisotón desde la tercera cuerda. Tras la emocionante primera lucha, la segunda solo sirvió para que la gente coreara el tema de entrada de Rollins y poco más. El combate tuvo la misma historia que la rivalidad entre ambos... NINGUNA.


Llegó la tercera lucha de la noche que iba a ser la defensa del Campeonato de los Estados Unidos por parte de Austin Theory ante Bronson Reed y Bobby Lashley. La lucha tuvo la intensidad que merecía el peso de los contendientes pero poco más. Nada que no podamos ver un lunes cualquiera en Raw. El combate más corto de la velada acabó con Theory reteniendo tras una lanza de Lashley sobre Reed... y a otra cosa mariposa. La historia entre Lashley y Theory seguirá adelante ya que el campeón no fue capaz de vencer a Bobby y éste le echará las culpas de su derrota a un Reed que recibió el conteo. "Combate nulo" de cara al desarrollo de la historia.


Ahora sí la noche tomaba fuerza y volvía a poner en pie a la fanaticada con el combate entre Zelina Vega y Rhea Ripley por el campeonato de SmackDown. El momento más emotivo de la noche con la luchadora de raíces puertorriqueñas saliendo a escena envuelta por la bandera de Puerto Rico y visiblemente emocionada entre lágrimas al pronunciarse su nombre y ver a 18,000 paisanos en pie coreando su nombre. Zelina puso todo el corazón que tenía que ponerse en una lucha única, ante sus paisanos, ante su familia, pero no fue suficiente. The Ripley es mucha Rhea Ripley y ella sola, sin la ayuda de The Judgment Day se bastó para llevarse un combate serio, bien estructurado y del que no creemos que vaya a haber revancha. Los continuos homenajes de Vega a Eddie Guerrero o Rey Mysterio marcaron su ofensiva, pero una Rhea letal ejecutó su finalizador para retener el campeonato y dar paso a una de las mayores ovaciones de la noche cuando Zelina se quedaba sola sobre el cuadrilátero y la gente volvía a ponerse en pie para darle las gracias por haber puesto todo sobre la tarima del Coliseo.


Y por si esta lucha no hubiera sido suficiente, el punto álgido se alcanzaba con el combate entre Damian Priest y Bad Bunny. La lucha callejera de San Juan en la que todo valía, bien hizo honor a su nombre y a la tradición boricua ya que, no sólo es que viéramos a los dos talentos (caso especial un Bad Bunny de 10) sino que fuimos testigos del regreso de Carlito y la aparición especial de un Savio Vega que, quienes junto a LWO, ponían en su sitio a Finn Bálor y Dominik Mysterio que intentaron desnivelar la balanza a favor de Priest. Tras varios spots únicos por su espectacularidad y brutalidad (como cuando Damian Priest lanzó a Bad Bunny sobre las mesas de las gradas) Bunny demostró que no solo es una de las personalidades más reconocibles del mundo de la música, la moda o las redes sociales, sino que es una Superestrella de WWE con mayúsculas. Lo que hace y con la facilidad natural que lo hace nos deja con la boca abierta cada vez que el de San Juan sube al ring. Como él mismo confesó el día anterior durante la rueda de prensa, cuando WWE estuvo allí hace quince años se quedó con las ganas de ir porque era un niño y ahora no iba a dejar escapar la oportunidad de ser una de las caras del evento en su ciudad natal. Histórica lucha que se recordará por muchos años en la isla y que se llevó Bad Bunny de manera magistral.

Camino a lo inevitable

El que debería de ser una de las luchas más destacadas de la noche casi pasó de puntillas por San Juan. Y fue por el mismo motivo por el que los aficionados alabaron y corearon a Io Sky, en este caso gran parte del público se posicionó del lado de The Usos. Los Campeones de Parejas de WWE, Kevin Owens y Sami Zayn junto a Riddle cayeron derrotados por The Bloodline, eso sí dejando entrever la ruptura inminente de la facción o al menos la creciente tensión que existe en el seno familiar desde que Jimmy y Rey perdieran los campeonatos en WrestleMania. La historia, más que en la propia lucha se centró en lo que está por venir cuando el próximo viernes regrese Roman Reigns a SmackDown y ponga a cada uno en su sitio. Solo Sikoa fue la estrella de The Bloodline poniendo él solo en su sitio los campeones de parejas y a un Riddle sobre el que realizó la cuenta de tres cuando parecía que todo estaba perdido para "la familia".


Y para cerrar, como no podía ser de otra manera, Cody Rhodes y Brock Lesnar se veían las caras por primera vez en sus longevas carreras, cerrando un show memorable en el que no faltó de nada, ni siquiera a "la bestia" sangrando profusamente en la cabeza cuando golpeaba con un esquinero descubierto. Rhodes intentó tomar el control de la lucha desde el principio sin dejar respirar a Brock Lesnar, quien una vez tomó el mando fue implacable a base de súplex como nos tiene acostumbrado. Eso sí, a lo que no nos tiene acostumbrados es a cometer errores como el que cometió cuando intentó romper el brazo de su oponente y éste se revolvía para realizarle la cuenta de tres. Al menos fuimos testigos de como una bestia despiadada prefiere recibir la cuenta a soltar el brazo de su presa.

Cabe reseñar que Cody se llevó otra de las mayores ovaciones de la noche aunque una vez abandonó el ring fue el público que quedaba en las gradas el que estalló dando las gracias a un Brock Lesnar que respondía a las alabanzas de la fanaticada boricua en un final que quizás ni él mismo esperaba. Finalizaba así un Backlash para la historia en el que, a lo largo de los dos días que WWE estuvo en la isla, no solo la ciudad, sino todo el país, se volcó con la empresa agasajándola en manera pocas veces vista y demostrando que él público está sediento de lucha libre y no tiene nada que envidiar a la afición más ruidosa de Estados Unidos o Gran Bretaña sino todo lo contrario. WWE haría bien en repensar sus giras y shows más grandes y sobre todo, haría bien en no tardar otros 18 años en volver por Puerto Rico, por ellos y por el bien de la industria de la lucha profesional.


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