Bloodline y el caos en WWE crea más dudas que respuestas
Anoche SmackDown reunió a las dos facciones más dominantes en la historia reciente de WWE, el Bloodline original, liderado por Roman Reigns, y el nuevo Bloodline, encabezado por Solo Sikoa. El clímax de esta guerra familiar tuvo todos los ingredientes de un final memorable: tensión, sorpresas y violencia desmedida.
La noche cerró con Solo y su grupo en el ring, donde Solo pidió una vez más a los fanáticos que los reconocieran. Pero antes de que pudieran saborear su momento, la música de Roman Reigns retumbó en la arena, llevando al Bloodline original a irrumpir con fuerza. Lo que siguió fue un verdadero caos. Ambas facciones se enfrentaron en un "brawl" descontrolado que encendió a los fanáticos, cada golpe llevando la tensión familiar a nuevos niveles.
Cuando parecía que el enfrentamiento estaba igualado, Bronson Reed apareció como una fuerza imparable. En un giro inesperado, el gigante australiano se unió a la nueva Bloodline, inclinando la balanza a favor de Solo. Su inclusión en esta historia fue tan sorprendente como polémica, ya que su conexión con la facción no parecía tener un contexto claro, pero su impacto fue inmediato. Reed desató una tormenta de poder, destrozando a los miembros de la Bloodline original, incluyendo al propio Roman Reigns, quien terminó siendo el más afectado por la paliza.
La brutalidad de Bronson Reed y la superioridad numérica dejaron al Linaje Original vulnerable, lo que llevó a un momento crucial en "backstage". Roman, claramente frustrado y superado, decidió hacer una llamada desesperada a su última carta bajo la manga. Sin embargo, el "Wiseman" Paul Heyman no respondió, dejando al jefe tribal sin apoyo y sembrando dudas sobre su capacidad para liderar a su equipo en "WarGames". Este momento de vulnerabilidad, poco común en Roman, podría marcar un punto de inflexión en su personaje, mostrando grietas en su fachada dominante.
El segmento final cumplió con creces al aumentar la expectación de cara a "WarGames". La incorporación de Bronson Reed eleva las apuestas para el equipo de Solo, pero también plantea preguntas importantes: ¿Es Reed la pieza que necesitan para consolidar su dominio o una inclusión sin rumbo? Por otro lado, Roman se encuentra en un terreno inexplorado. Su autoridad, siempre incuestionable, ahora parece en entredicho, y su próxima jugada será crucial.
El drama familiar ha alcanzado un punto álgido, y la falta de un quinto miembro para la Bloodline Original añade más incertidumbre. ¿Será el regreso de alguien inesperado lo que equilibre la balanza? O peor aún, ¿podría Roman estar enfrentándose a una traición dentro de su propio linaje?
Este cierre de SmackDown no solo dejó al público con ganas de más, sino que consolidó a esta rivalidad como el eje central del producto en camino a "WarGames". Si bien los golpes resonaron en el ring, las heridas más profundas parecen ser las emocionales. La guerra de los linajes no solo decidirá quién domina WWE, sino quién puede sobrevivir a este conflicto familiar.
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