Gargano y Ciampa ganan los campeonatos en pareja de WWE de manera oportunista
Los campeones en pareja de WWE, Alex Shelley y Chris Sabin, han dejado claro por qué han sido considerados una de las mejores parejas de la industria. Anoche en SmackDown, desde la campana inicial, el combate ante DIY fue una exhibición de alto nivel. Su combinación de velocidad, técnica y experiencia los posicionaba como favoritos indiscutibles. Pero enfrente estaban Tommaso Ciampa y Johnny Gargano, dos luchadores con un pasado cargado de rivalidades y reconciliaciones, cuya relación explosiva añadía una capa extra de intriga.
El combate no fue solo físico; fue una lucha psicológica. Ciampa asumió un rol dominante desde el principio, exigiendo a Gargano que siguiera su plan, mientras que Johnny, siempre con su chispa de rebeldía, se resistía a ser controlado. La fricción entre ambos generó momentos de alta tensión, como cuando Gargano empujó a Ciampa en medio del ring tras una discusión, provocando una enorme ovación del público.
Por su parte, los MCMG aprovecharon cada oportunidad para castigar a sus rivales. Shelley y Sabin mostraron una sincronización impecable con ataques como el "enziguri + flatliner", que dejaron a Ciampa al borde de la derrota en varios momentos. Sin embargo, los retadores demostraron que no solo tenían habilidad, sino también una astucia implacable.
El momento decisivo del encuentro llegó cuando Gargano recurrió a un golpe bajo sobre Sabin, un acto que no solo desató polémica, sino que evidenció hasta dónde estaba dispuesto a llegar para ganar. La posterior "superkick" de Gargano a Shelley dejó el camino libre para que DIY ejecutara su devastador "Meet in the Middle", llevándose la victoria y los títulos.
La victoria de DIY llega en un momento crucial para la división en parejas. Con Gargano y Ciampa como nuevos portadores del oro, se inyecta frescura y caos en la división. Pero esta no es una alianza típica; su relación está marcada por años de traición, reconciliaciones y egos en conflicto.
La consagración de DIY no es solo un momento emocionante, sino una oportunidad de redefinir lo que significa ser campeón en parejas. Su dinámica interna, marcada por egos y conflictos, promete ser tan interesante como los combates que protagonizarán. Si logran coexistir, podrían convertirse en el equipo más influyente de la era moderna. Pero si sus diferencias los consumen, podríamos presenciar una de las rupturas más devastadoras de WWE.
¿Estamos viendo el inicio de una era dorada para la división en parejas, o será este el preludio de una guerra interna que destruye a DIY? Lo único seguro es que WWE ha sembrado las semillas de algo grande, y el universo de fanáticos estará ansioso por ver cómo florece.
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