Protejamos la lucha libre como Superman su identidad
Antes de comenzar este escrito, sí, lo sé. No es un secreto que la audiencia sabe lo que es la lucha libre. Gracias a las redes sociales, para bien o para mal, la puerta está abierta, y todo lo que sucede antes, durante y después de ponerse las botas es notorio para todos. Para algunas partes de la industria, gracias a lo mencionado, estos luchadores se han convertido en parte de la cultura popular de manera altamente relevante, siendo parte de eventos como Comic Con, premieres de películas (algo que no es tan nuevo), entre otros. En fin, celebridades en toda su definición.
Pero aún existe un demográfico clásico, uno que disfruta la magia del misterio detrás del performance dentro del ring. A pesar de que la magia ha perdido su brillo, es bonito pensar que aún queda espacio para utilizar la imaginación y apreciar el arte de la lucha libre; esa historia contada con el cuerpo para la satisfacción de una audiencia, admirando específicamente al luchador y no a la persona detrás del luchador. ¿Acaso debería ser parte del trabajo separar ambas personas? Desde mi punto de vista, debemos ser cuidadosos al extender la mano para un saludo y, de ahí, que el fanático pase de ver a su "ídolo" en un "pana", dejando la magia al aire.
Hey, no me malinterprete. Cuando existe el balance entre ambas partes, la vida es bella. Algunas estrellas pueden crear ese espacio y seguir conectando con sus fans a la hora de interactuar, dentro y fuera del ring. Pero, en un momento donde la lucha libre boricua está teniendo un segundo aire, todos los componentes deben estar a favor.
Respetemos la industria, la historia, y la división entre el escenario y las gradas, aunque sea poco lo que quede. Si Superman revelara ante el mundo que solo es un periodista, la magia de verlo volar y el misterio de quién sería se desvanece con el tiempo. Mucho amor para este arte. Que viva la lucha libre.
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