The Rock juega al despiste
The Final Boss ha estado presente en Raw y NXT
La verdad es que WWE no podía contar con nadie mejor que con The Rock para ser embajador de sus marcas en la primera semana de 2025. The Final Boss ha aparecido en los dos primeros shows del año, Raw y New Year's Evil (de NXT) para dejar mensajes contradictorios que nos hacen pensar acerca de su papel en el futuro más próximo de la empresa.
The Rock confunde a todos
Como era de esperar, y como os anunciamos en Contralona, The Rock apareció en el primer show de Raw en Netflix el pasado lunes. Abrió el show y dio paso a una nueva era dentro de este deporte de entretenimiento, en la que deben primer lo valores y las capacidades atléticas de los talentos por encima de egos e intereses varios. A este respecto, The Final Boss quiso hacer las paces y marcar las pautas de una nueva era creando amistades y limando asperezas con los que fueron rivales no hace demasiado. Es el caso de Cody Rhodes, al que abrazó tras su discurso en Raw y de Roman Reigns, al que coronó, de nuevo como el Jefe Tribal, con el Ula Fala ganado a Solo Sikoa.
Pero, ¿qué deparará el futuro a The Rock? Hasta las apariciones de esta semana se seguía hablando de su combate en la próxima WrestleMania con bastante seguridad. Faltaba sólo por determinar si su rival sería Roman Reigns o Cody Rhodes, pero The Rock ha dejado a todos fríos con sus palabras que suenan más a despedida que a amenaza. Mientras su papel protagonista en TKO sigue al alza gracias a la adquisición de varios paquetes más de acciones, su participación en las historias de WWE es inversamente proporcional a ese aumento de responsabilidad.
Sin embargo, en lo que el lunes parecía una despedida, se convierte el martes en un ¿hasta luego? ya que, durante la promo ante el Universo NXT, quiso responder a los más críticos ante sus gestos de cariño con Rhodes en la noche del lunes: "The Rock siempre tiene un plan y va 20 pasos por delante del resto...", así les contestó, dejando una puerta abierta a su participación, más adelante, en una nueva rivalidad con el actual campeón.
No es fácil manejar esa situación ni se dispone del tiempo que a uno le gustaría para hacer ciertas cosas. Los márgenes temporales y los límites legales en cuestión de seguros y permisos profesionales no son fáciles de gestionar a esos niveles. Lo que el pasado año pudo ser una ventana abierta a su participación en WrestleMania, que se aprovechó bien, quizás este año no esté disponible y la oportunidad haya pasado. Es por ello que The Rock ni confirma ni desmiente que vaya a seguir en la programación televisiva de WWE de cara a WrestleMania 41.
Esa es la razón por la que, de momento, por encima de promocionar o seguir su rivalidad con Cody Rhodes, ha hecho las paces con el campeón mundial y ha decidido estar presente en NXT para jalear y animar a los jóvenes talentos, sabedor de lo importante que es la reacción del público para los que, en algunos casos, estar empezando o, en otros, buscan una segunda oportunidad. Él estuvo ahí, pasó por ese trance que le tocó en lo más hondo de su ser y le acercó al abismo del abandono al poco de empezar. De no haber tenido la capacidad de sostenerse y la suerte de rodearse de los mejores o de los más inteligentes dentro de este negocio, la industria de la lucha profesional habría perdido a un auténtico icono y hasta Hollywood lloraría sin saberlo, su ausencia.
Como él mismo dice: "Qué más da que sea amable, crítico o malintencionado, disfruten del camino y del viaje al que The Rock les va a llevar."
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